jueves, 29 de septiembre de 2011


VI – Parte I

Revolviendo en la basura ajena,
encontré mi propia sangre.
Eso me emocionó.
Ahora me siento parte de esta casa.

A ver,
esta cuestión del masoquismo.
Es tan sólo… un dolor más efectivo,
más controlable,
más real,
más tangible.
Y mucho menos dañino que el amor.

Si te pido sangre
es,
Porque ya de antes,
me dolías.

Si te pido que me muerdas
es,
porque ya de antes,
este cuerpo mío,
te pertenece.


No hay comentarios:

Publicar un comentario