II
Mi madre es igual a Pocahontas. Es muy bella. Es una india
santiagueña clonada. Mis abuelos, fanáticos de Disney, pagaron fortunas por
tener a una hija-pocahontas y un hijo-johnsmith. En la adolescencia tuvieron
problemas. Se ve que no sólo lo físico se les pegó en la clonación, si no
también la calentura ancestral del dominado y el dominador y una siesta los
descubrieron jugando a la parte triple equis de la película. Esa época fue
cuando mandaron a mi madre a estudiar a Buenos Aires y a mi tío no lo vi nunca. Mis abuelos, que siempre me dicen que soy igualita a mamá pero blanquita, opinan que es mejor que no lo conozca a mi tío. De chiquita tampoco me dejaban ver la película,
pero una vez la encontré en cuevana y la vi todos los días, durante un mes. Lloraba
y pensaba que injusto, que yo me daba cuenta, que también estaba enamorada de
mi tío.
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